“Alabado sea la Preciosísima Sangre de Jesús, derramada en Su Santa Cruz. Alabado sea Jesús Cristo, la piedra angular de la casa de Dios”, proclamó el cardenal Timothy Dolan, quien estuvo entre los oradores en la reunión ecuménica anual de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.

La reunión tuvo lugar la noche del martes 24 de enero en la Iglesia Ortodoxa Griega de San Nicolás y el Santuario Nacional en el Bajo Manhattan. El tema del año para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos se centra en Isaías 1,17: “Hacer el bien; busca la justicia”, articulando la importancia de luchar contra el racismo, promover la justicia racial y la reconciliación, y el compromiso ecuménico de las iglesias.

Al principio de su discurso, el cardenal Dolan agradeció a los asistentes diciendo: “Su eminencia, mi amigo el arzobispo Elpidophoros, mis distinguidos colegas en el ministerio y el pueblo fiel de Dios reunidos aquí, en este impresionante santuario de San Nicolás, gracias, arzobispo, y su Diócesis Ortodoxa Griega de América; gracias por su conmovedora y oportuna invitación a la oración por la unidad de los cristianos, y por su graciosa bienvenida y hospitalidad”.

Señaló que Cristo, en la Última Cena, oró para que todos los que lo conocen, lo aman y lo sirven sean uno. “Si bien es posible que esta súplica de unidad no se responda por completo antes de que Gabriel toque su cuerno, nunca fallamos en nuestros intentos de lograr Su objetivo”, dijo el cardenal. “Alabamos a Dios por los avances realizados; buscamos Su misericordia por nuestras caídas y fracasos, y continuamente nos re-proponemos a esa noble meta articulada el Jueves Santo; de ahí nuestra reunión de esta noche.

El Cardenal Dolan continuó recordando que en 2013, cuando “tuvo el gran honor” de participar en el cónclave que eligió al Papa Francisco, las discusiones que precedieron se centraron en parte en la importancia de que la Iglesia sea más “otro deferente” o “desinteresada deferente”, mirando más arriba al Señor ya los demás, y menos “autorreferencial”, mirando hacia adentro.

El cardenal luego señaló que esta parte de la discusión del cónclave fue iniciada por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, una semana antes de convertirse en Papa Francisco. “Recuerdo su llamado esta noche mientras escuchamos el exaltación del profeta Isaías: hacer el bien; busca la justicia”, dijo el Cardenal Dolan, y agregó que “la unidad que buscamos no es un trofeo, sino un cargo, un mandato, mejor para equiparnos para el servicio a un mundo fracturado por la guerra y la pobreza, la opresión y el racismo, y la persecución y la violencia y la incomprensión”.

Agregó que como cristianos anhelamos que nuestra unidad brille en el mundo “como ejemplo de la solidaridad que sirve al bien y la justicia”. Y notó las buenas obras y la caridad de San Nicolás, de quien se nombró el lugar de reunión.

“Que la intercesión y el ejemplo del bueno San Nicolás chispa nosotros mientras todavía nos atrevemos a trabajar por la unidad en la Iglesia que se desbordará en un planeta que busca a tientas el bien y la justicia… Todo se une; ¿no es así? Isaías el profeta, bondad y justicia; hagas lo que hagas, la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Papa Francisco, la Capilla Sixtina, el Santuario de San Nicolás. Todo se une, como lo haremos algún día”.