Ocho seminaristas fueron ordenados diáconos de transición, con esperanza de convertirse en sacerdotes en la primavera
El obispo auxiliar Joseph A. Espaillat dijo a los fieles: “San Padre Pío nos recuerda: la oración es la mejor arma que tenemos; es la llave del corazón de Dios”, mientras presidía una misa de ordenación diaconal en el Seminario St. Joseph en Yonkers.
En la reunión del sábado 9 de noviembre, que reunió a casi 300 personas, el obispo Espaillat ordenó a ocho seminaristas al diaconado como diáconos de transición para luego ser ordenados al sacerdocio el próximo mayo. Tres de los hombres servirán en la Arquidiócesis de Nueva York: Michael F. Coleman, Kevin A. Noyola, y Aaron J. Salvan.
Los otros cinco hombres servirán en la Diócesis de Brooklyn: Benoit Chavanne, Juan C. Herrera-Posada, Callistus C. Ibeh, Robert A. Ruggiero, y Álvaro M. Sánchez. Asistieron 70 concelebrantes, entre ellos Mons. Robert Murphy, de la Misión de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, en representación del arzobispo Gabriele G. Caccia; el obispo auxiliar emérito Raymond Chappetto, Diócesis de Brooklyn; y el obispo James Massa, rector del Seminario St. Joseph y obispo auxiliar de la Diócesis de Brooklyn.
“La paz sea con ustedes, bienvenidos a todos. Bienvenidos a este maravilloso día de celebración en el que nos reunimos como Iglesia para ordenar a estos ocho hermanos al diaconado”, dijo el obispo Espaillat en sus palabras de bienvenida al inicio de la Misa, celebrada dentro de la capilla del seminario. “Este es un día glorioso y nos regocijamos”.
El mensaje de la homilía
Durante su homilía, el obispo habló sobre la importancia del diaconado, señalando que el origen griego de la palabra (diakonia) significa “servicio, ministerio”. Dijo que todos debemos permitir que el Espíritu Santo obre en nosotros, para que podamos “trabajar a través de Él para el Reino”.
“Como obispos, como sacerdotes, como diáconos, estamos y debemos estar permanentemente en un estado de diakonia. Siempre debemos estar en estado de ministerio, en estado de servicio”, dijo el obispo Espaillat, enfatizando el significado primordial de mantener una vida de oración como parte central del servicio. No hacerlo, dijo, “podría salirse de control rápidamente, y se trata de ‘mi’ y se trata de sentirme bien”.
El obispo agregó, “Y puedo recordarles rápidamente lo que sucedió en el Jardín del Edén y adelantarlos al estado de nuestro mundo hoy. Porque mucha gente piensa: ‘Todo se trata de mí’. Hermanos míos, nunca podremos olvidar a qué Reino servimos y por qué”. Continuó citando las enseñanzas de San Padre Pío, “Oren, tengan esperanza y no se preocupen”. Y el obispo señaló: “Cuando Dios no es el centro de nuestro mundo, puede ser desastroso. San Padre Pío nos recuerda: la oración es la mejor arma que tenemos; es la llave del corazón de Dios”. Les dijo a los seminaristas, “Quiero agradecerles por decir que sí; gracias por aceptar la llamada”. La homilía después se procedió por la Promesa de los Elegidos, la Letanía de Súplica, la Imposición de Manos y la Oración de Ordenación, y la Vestimenta de los Nuevos Diáconos.
El obispo Massa, rector del seminario, pronunció unas palabras finales de agradecimiento. A la misa de la mañana le siguió un desayuno de recepción en el seminario.
Entrevistas de nuevos diáconos
Después de la misa, el diácono Coleman recién ordenado dijo a The Good Newsroom que desde hace mucho tiempo ha deseado servir a los hijos de Dios como miembro del clero católico.
“El Señor me ha pedido que asuma este llamado al sacerdocio, para ayudar con la salvación de las almas”, dijo Coleman, de 31 años, poco después de tomar fotografías al aire libre con familiares y amigos que asistieron a la reunión. “Realmente sé que no importa a dónde vaya, Él siempre está conmigo”. Coleman nació en Nyack y creció en Pearl River. Su parroquia natal actual es Santa Margarita de Antioquía en Pearl River.
El diácono Noyola, de 30 años, dijo, “El diaconado significa servicio, y de eso se trata realmente. En el fondo, estamos arraigados en el servicio: amar a Dios y amar a nuestro prójimo; estamos entregando nuestras vidas para estar al servicio de Dios y de su pueblo”. Noyola nació en el Bronx y creció en Harlem. Su parroquia natal actual es San José de la Sagrada Familia en Central Harlem.
El diácono Salvan, de 28 años, dijo: “Hoy fue un día maravilloso; este es mi séptimo año de formación al sacerdocio de Jesucristo. Estoy emocionado porque esto significa que, como diácono, ahora puedo servir más de cerca en las parroquias”. Salvan nació y creció en Filipinas. Su parroquia natal actual es San Juan Crisóstomo en el Bronx.