
Santa Rosa de Lima nació en Lima, Perú, en 1586 y murió en 1617. Su nombre de nacimiento fue Isabel Flores de Oliva.
Desde muy joven, Isabel mostró una profunda espiritualidad. A los pocos años de vida, su madre comenzó a llamarla “Rosa” por la belleza de su rostro. Años después, ella adoptó el nombre de Rosa de Santa María como nombre religioso.
Desde la adolescencia, decidió consagrar su vida a Dios y rechazó las propuestas de matrimonio. En su lugar, llevó una vida de oración, penitencia, sacrificio y servicio a los pobres y enfermos.
A diferencia de otras santas de su tiempo, no ingresó en un convento, sino que vivió como terciaria dominica (una forma de vida laica dentro de la Orden de Predicadores, también conocida como la Orden de los Dominicos) en la casa familiar de Lima. Se aisló en una pequeña ermita del jardín, donde pasaba horas en oración y ayuno.
Llevó una vida de penitencia extrema: ayunaba con frecuencia, llevaba oculta una corona de espinas y dormía sobre maderas o cristales rotos. Solo salía para ir a Misa o para socorrer a algún enfermo.
Fue una de las primeras personas en América en crear una especie de “clínica” o centro de ayuda desde su hogar.
A diferencia de la Virgen de Guadalupe o Fátima, Santa Rosa no es conocida por las apariciones marianas. Sin embargo, ella misma tuvo visiones místicas de Cristo y la Virgen María, y experimentó fenómenos místicos que fueron descritos por sus biógrafos y testigos contemporáneos. Estas visiones reforzaron su fama de santidad y alimentaron su devoción popular.
Se le atribuyen varios milagros, entre ellos la protección de Lima de un ataque pirata holandés en 1615, gracias a sus oraciones y a una tormenta que ahuyentó a los invasores.
Fue beatificada en 1668 por el papa Clemente IX y canonizada en 1671 por el papa Clemente X. Su canonización la convirtió en la primera santa nacida en América.
Su figura representa la entrega total a la fe, la ayuda a los necesitados, la pureza y la humildad cristiana.
Su fiesta universal se celebra el 23 de agosto, mientras que su fiesta en Perú se celebra el 30 del mismo mes.
Con motivo de su festividad, en América Latina se celebran Misas solemnes en las parroquias dedicadas a ella y se realizan procesiones con su imagen por las calles de ciudades como Lima.
La medalla de Santa Rosa de Lima
Las medallas religiosas de Santa Rosa suelen llevar su imagen con una corona de rosas y una cruz. Se cree que llevar una medalla bendecida de Santa Rosa protege contra enfermedades, fortalece la oración y la fe, y ayuda en los momentos de dificultad espiritual. Quienes buscan una vocación religiosa, dedicada a los enfermeros y voluntarios, suelen llevar su medalla.
Oración a Nuestra Señora de Lima
¡Oh Santísima Virgen María, Nuestra Señora de Lima!
Madre de Dios y Madre nuestra,
que con amor miras a tus hijos desde esta tierra peruana,
intercede por nosotros ante tu Hijo Jesús.
Tú que eres refugio de los pecadores,
consuelo de los afligidos y esperanza de los pueblos,
escucha nuestras súplicas y ayúdanos en nuestras necesidades.
Protégenos bajo tu manto maternal,
guía a nuestras familias por el camino de la fe,
y fortalece nuestra patria en la justicia, la paz y la unidad.
Nuestra Señora de Lima,
ruega por nosotros ahora y siempre.
Amén.