
NUEVA YORK (OSV News) — Las súplicas por la paz y la dignidad de cada persona, por parte de líderes católicos y de las Naciones Unidas, marcaron el Servicio Anual de Oración de las Naciones Unidas, celebrado en la Iglesia de la Sagrada Familia en Manhattan.
Organizado por la Misión Permanente de Observación de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, el servicio del 8 de septiembre precedió a la inauguración de la 80.ª Asamblea General de las Naciones Unidas al día siguiente.
La Iglesia de la Sagrada Familia se encuentra justo al otro lado de la Primera Avenida de la sede de la ONU y es considerada la parroquia de la ONU.
El arzobispo Gabriele Caccia, observador permanente de la Santa Sede, estuvo acompañado por el arzobispo Timothy P. Broglio, de la Arquidiócesis de Estados Unidos para los Servicios Militares, quien preside la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
También asistieron el secretario general de la ONU, António Manuel de Oliveira Guterres, y la presidenta de la 80.ª Asamblea General de la ONU, Annalena Baerbock, exministra de Asuntos Exteriores de Alemania.
“Este último año ha puesto a prueba a nuestro mundo”, con guerras, familias destrozadas, el cambio climático y la erosión de la confianza entre las naciones, así como el aumento de las desigualdades, dijo Guterres. Sin embargo, se refirió al Papa León XIV como una voz de esperanza para el mundo.
“Ha hablado con fuerza sobre la restauración de la dignidad de cada persona, especialmente de los pobres, los desplazados y los olvidados”, apuntó Guterres. “Nos recuerda que la fuerza de una sociedad no se mide por su imponente poder, sino por cómo trata a los más vulnerables”.
Tras las intercesiones ofrecidas en cada uno de los seis idiomas oficiales de las Naciones Unidas, el arzobispo Caccia concluyó el servicio bendiciendo a los asistentes y ofreciendo oraciones por el éxito de la asamblea.
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Este artículo fue publicado originalmente en inglés. Traducción: OSV News.