El obispo auxiliar Luis Miguel Romero Fernández, M. Id., de la Diócesis de Rockville Centre, se desempeñó como celebrante principal y homilista durante la Misa anual del Desfile del Día de Puerto Rico en la Catedral de San Patricio. 

 La misa en español se llevó a cabo la tarde del domingo 4 de junio. El 66º Desfile Nacional Puertorriqueño está programado para el próximo domingo 11 de junio, por la Quinta Avenida de Manhattan (44th St. a 79th St.; 11 a.m. a 4:30 p.m.). El obispo Romero nació en España, donde también ingresó al sacerdocio.  

“Buenas tardes. Bienvenidos a la comunidad puertorriqueña”, dijo el obispo Romero a los fieles en sus palabras de apertura. “Es un momento de alegría especial. Viva la Cultura Boricua. Juepa!” Dijo que no ha tenido la buena suerte de visitar Puerto Rico, pero tiene la esperanza de que algún día lo hará; dijo que tiene varios amigos y colegas de Puerto Rico y de ascendencia puertorriqueña.      

Señaló que Puerto Rico es la raíz de la migración latinoamericana a los Estados Unidos, especialmente en Nueva York, y agregó: “El papa Francisco insiste en conservar las raíces, porque las raíces tienen muchos elementos que son culturales, históricos y folclóricos, y musicales, pero tienen un centro de fe. Gracias por la fe que tienes”. Y el obispo destacó la importancia cultural y católica de Nuestra Señora de la Divina Providencia, patrona de Puerto Rico.      

Más tarde, durante la homilía, el obispo Romero habló de la visita papal de San Juan Pablo II a Puerto Rico en 1984, y señaló que Juan Pablo les dijo a los residentes de la isla caribeña que estén siempre agradecidos “por la herencia de la fe en Cristo… y agradecidos con Nuestra Señora de la Divina Providencia, que sea, para todas las generaciones de esta tierra, puerta de salvación”.  

Señaló que Juan Pablo, durante la visita, también habló de la importancia del amor y la paz, los valores cristianos, las tradiciones culturales, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia, y preservando la vida desde la concepción, así como el matrimonio santo y guiando a los jóvenes con la fe. 

“Nuestra Madre siempre está ahí para ayudarnos”, dijo el obispo Romero, citando el significado de las apariciones e intercesiones de la Santísima Virgen a lo largo de los siglos; también señaló la fuerza de guía que puede proporcionar el Espíritu Santo, en la que los fieles pueden confiar para la perseverancia. 

Y citando nuevamente las palabras de Juan Pablo durante la visita papal, dijo: “El amor en la familia es el fundamento de todo… como en la Santísima Trinidad. El Espíritu Santo es el amor puro con que el Padre y el Hijo se aman, el fundamento de su unidad”.   

El obispo Romero dijo que, como hermanos y hermanas en Cristo, debemos esforzarnos por “ser humildemente a nuestra manera pequeña: el camino, la verdad y la vida, unidos a Él”. Y al hablar de las alegrías del amor basado en el cristianismo, recordó a los fieles el término común puertorriqueño, “¡Juepa!” 

Las palabras finales de agradecimiento vinieron del padre Eric Cruz, director regional de Caridades Católicas en el Bronx, quien estuvo entre los concelebrantes y es de ascendencia puertorriqueña. El padre Cruz agradeció a todos los que ayudaron a hacer posible la misa, incluido el obispo Romero y el coro de la parroquia de la Sagrada Familia en el Bronx.