
El 1 de noviembre es el Día de Todos los Santos, dedicado para alabar a Dios por salvar tantas almas y llevarlas a la felicidad eterna del cielo.
Esta celebración litúrgica inicia en la tarde del 31 de octubre, víspera del Día de Todos Los Santos, y se extiende durante todo el 1 de noviembre para celebrar la victoria de todas personas que viven en el cielo junto con los santos canonizados, que ahora disfrutan de la eterna en el reino de los cielos.
El Papa Bonifacio IV instauró formalmente este día, que pasaría a ser conocido como Día de Todos los Santos, el 13 de mayo de 609, al dedicar el Panteón de Roma como iglesia en honor a la Virgen María y a todos los mártires.
Pero fue el Papa Gregorio III quien promovió esa idea durante su época como pontífice (731-741), al consagrar el 1 de noviembre una capilla en la Basílica San Pedro en honor a los santos, seguida de la proclamación del Papa Gregorio IV en el año 835 de esa fecha como el Día de Todos los Santos, para entonces honrarlos en todas las iglesias.
Si bien muchos santos canonizados tienen días festivos específicos, como San Patricio, San José y el Papa Juan Pablo II, los santos que no han sido canonizados no tienen días festivos propios, por lo que el Día de Todos los Santos es dedicado para alabarlos a todos en conjunto.
“No pensemos sólo en los ya beatificados o canonizados. El Espíritu Santo derrama santidad por todas partes, en el santo pueblo fiel de Dios, porque fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente”, expresó el Papa Francisco respecto a esta celebración.
El Día de Todos los Santos no solamente se celebra en Estados Unidos, sino que en todo el mundo. Y en los países de habla hispana del mundo tiene un significado especial.
En España, los familiares acostumbran a llevar flores a las tumbas de sus seres queridos, práctica que también se sigue en países como Argentina, Colombia, Guatemala y Venezuela.
En México, así como también en Bolivia y Perú, la celebración comienza el 28 de octubre, cuando se prepara un altar al que se le colocan ofrendas para los seres queridos que han fallecido.
En Ecuador celebran con una cena tradicional junto a toda la familia. En Nicaragua, los devotos pasan la noche en el cementerio durmiendo al lado de las tumbas de sus seres queridos.
Pero todos los hispanos tienen algo en común, y es su compromiso de asistir a Misa el 1 de noviembre para celebrar el Día de Todos los Santos para recordar a los santos con admiración y pedir por su intercesión por necesidades personales.
El 1 de noviembre, todas las Misas en la Catedral de San Patricio celebrarán el Día de Todos los Santos, utilizando el blanco como color litúrgico para esta festividad, simbolizando así la santidad y la pureza de todos los santos en el cielo.
Oración del Día de Todos los Santos
Esta oración se reza en las iglesias el Día de Todos los Santos:
“Dios todopoderoso y eterno, por cuyo don veneramos en una sola celebración los méritos de todos los santos, concédenos, te rogamos, por las oraciones de tantos intercesores, la abundancia de la reconciliación contigo que anhelamos vivamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos.”
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