En el Domingo de Ramos, el Papa, quien continúa su recuperación, dice que hay que llevar la cruz con compasión

| 04/14/2025

By: Our Sunday Visitor

El Papa, todavía recuperándose de infecciones respiratorias, sólo hizo una breve aparición en la plaza al final de la Misa, pero su homilía fue leída por el cardenal argentino Leonardo Sandri, vicedecano del Colegio Cardenalicio, que celebró la Misa

El papa Francisco saluda a un cardenal en su sorpresiva aparición en la Plaza de San Pedro al final de la misa del Domingo de Ramos en el Vaticano, el 13 de abril de 2025.
El papa Francisco saluda a un cardenal en su sorpresiva aparición en la Plaza de San Pedro al final de la misa del Domingo de Ramos en el Vaticano, el 13 de abril de 2025. (Foto CNS/Lola Gomez)

CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Llevar la cruz significa más que soportar el sufrimiento personal: significa entrar en el dolor de los demás y caminar a su lado, escribió el Papa Francisco al comienzo de la Semana Santa.

“Llevar la cruz nunca es en vano”, escribió en su homilía de la Misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro el 13 de abril. “Más aún, es la manera más concreta de compartir su amor salvífico”.

El Papa, todavía recuperándose de infecciones respiratorias, sólo hizo una breve aparición en la plaza al final de la Misa, pero su homilía fue leída por el cardenal argentino Leonardo Sandri, vicedecano del Colegio Cardenalicio, que celebró la Misa.

“Feliz Domingo de Ramos y feliz Semana Santa”, dijo el Papa con voz fatigada desde el escenario de la Plaza de San Pedro. No utilizó una cánula nasal para recibir oxígeno durante su aparición pública, a diferencia de la semana anterior, cuando había acudido a la plaza al final de la Misa para pronunciar una bendición.

El Vaticano también difundió un vídeo del Papa en la basílica de San Pedro tras la Misa; se detuvo a rezar ante las tumbas de los santos Pedro, Pío X y su sucesor, el Papa Benedicto XV.

A pesar de la convalecencia de dos meses prescrita por sus médicos tras su salida del hospital el 23 de marzo, el Papa Francisco había hecho varias apariciones públicas sorpresa en la semana.

El Santo Padre impartió una bendición en la Plaza de San Pedro al final de la Misa del Jubileo de los Enfermos y el Mundo de la Sanidad el 6 de abril, rezó ante la tumba recién restaurada del Papa Urbano VIII en la Basílica de San Pedro el 10 de abril vestido de sport y acudió a la Basílica de Santa María la Mayor de Roma para rezar el 12 de abril.

Hasta el 13 de abril, el Vaticano no había confirmado a qué liturgias de Semana Santa podría asistir el Papa.

La Misa del Domingo de Ramos comenzó con una procesión de laicos en la Plaza de San Pedro portando ramas de palma, seguidos por más de 60 cardenales y obispos.

Más de 20.000 personas, muchas de ellas con ramos de olivo — una tradición del Domingo de Ramos en Italia — escucharon la narración de la Pasión del Evangelio de San Lucas.

En su homilía escrita, el Papa Francisco reflexionó sobre Simón de Cirene, el hombre obligado por los soldados romanos a llevar la cruz detrás de Jesús.

Simón, dijo el Papa, no habló, sino que simplemente actuó, y al hacerlo se convirtió en parte de la historia de la salvación. “Entre él y Jesús no hay ningún diálogo, no se pronuncia ninguna palabra. Entre él y Jesús sólo está el madero de la cruz”.

El Papa Francisco invitó a los cristianos a reflexionar sobre cómo responden al sufrimiento de los demás — con “rabia o piedad, tristeza o fastidio” — y a reconocer a Cristo en las personas cuyas vidas están lastradas por el dolor y la injusticia.

¡Cuántos cireneos llevan la cruz de Cristo!”, escribió. “¿¿Los reconocemos? ¿Vemos al Señor en sus rostros, desgarrados por la guerra y la miseria?”.
Reconocer esos rostros, dijo el Papa, debe mover a los creyentes a la acción.

“La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más, cuando levantamos al que está caído, cuando abrazamos al que está desconsolado”, dijo.

Al inicio de la Semana Santa, el Papa Francisco llamó a los cristianos a prepararse para la Pascua haciéndose compañeros unos de otros en el camino del sufrimiento y la misericordia.

“Para experimentar este gran milagro de la misericordia, decidamos durante la Semana Santa cómo llevar la cruz; no al cuello, sino en el corazón”, escribió el Papa. “No sólo la nuestra, sino también la de aquellos que sufren a nuestro alrededo”.

“Preparémonos a la Pascua del Señor”, dijo, “convirtiéndonos en cireneos los unos para los otros”.

En su mensaje para el rezo del Ángelus, publicado por el Vaticano, el Papa agradeció a la gente sus oraciones durante su enfermedad y les pidió que se unieran a él en la oración por los que sufren a causa de la guerra, la pobreza y los desastres naturales. Hizo un llamamiento especial por la paz en Sudán, donde el 15 de abril se cumplen dos años del estallido de la guerra civil, y recordó a las víctimas del derrumbe de un edificio en Santo Domingo, República Dominicana.

“Que llegue por fin la paz a la martirizada Ucrania, a Palestina, Israel, la República Democrática del Congo, Myanmar, Sudán del Sur”, escribió. “Que María, Madre, Virgen de los Dolores, nos conceda esta gracia y nos ayude a vivir con fe la Semana Santa”.

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