El escapulario de la Virgen del Carmen es uno de los sacramentales más conocidos y venerados dentro del catolicismo. Su historia, simbolismo y usos están estrechamente vinculados a la espiritualidad mariana y a la Orden del Carmen.

El escapulario se originó en la Orden de los Carmelitas, fundada en el siglo XII en el Monte Carmelo, en la actual Israel. Los carmelitas veneraban especialmente a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen.

La tradición cuenta que, el 16 de julio de 1251, la Virgen se apareció a San Simón Stock, superior general de la orden, y le entregó el escapulario con estas palabras: “Este será un privilegio para ti y para todos los carmelitas: quien muera con él no sufrirá el fuego eterno”. Desde entonces, el escapulario se considera un signo de protección espiritual y salvación.

El escapulario tradicional está compuesto por dos pequeños trozos de tela marrón unidos por cordones y que cuelgan sobre los hombros, de ahí su nombre (del latín scapula, que significa “hombro”).

Cada escapulario tiene sus privilegios o gracias particulares, pero todos pueden sustituirse por la medalla-escapulario.

El escapulario de tela se suele llevarse debajo de la ropa, mientras que la medalla, aprobada por la Iglesia en 1910 como alternativa al de tela, debe llevar la imagen del Sagrado Corazón de Jesús en un lado y la de la Virgen del Carmen en el otro. Su uso implica un compromiso de vida cristiana coherente.

Significado del escapulario

El escapulario es un signo del amor y la protección maternales de María, así como de su llamada a una vida de santidad y sin pecado. Quien lo lleva se pone bajo su amparo y protección.

Es una muestra del compromiso con la vida cristiana, un llamamiento a vivir en gracia, con fe y caridad.

Según la tradición, la Virgen prometió a quienes lo llevaran con devoción que no sufrirían la condenación eterna. La frase popular lo resume así: “El que muera con este escapulario no sufrirá el fuego eterno”.

Llevarlo también simboliza una unión espiritual con la Orden del Carmen y su espiritualidad centrada en la contemplación, la oración y la vida interior.

Oración del escapulario de la Virgen del Carmen

¡Oh Virgen del Carmen, madre de Dios y madre nuestra!

Tú que entregaste el escapulario a San Simón Stock como signo de protección,
te pedimos que nos cubras con tu manto maternal.

Ayúdanos a vivir como verdaderos cristianos,

con fe, esperanza y amor,

buscando siempre el bien y alejándonos del pecado.

Alcánzanos de tu Hijo el perdón de nuestros pecados,

y al final de nuestra vida, llévanos contigo al cielo.

Virgen del Carmen, ruega por nosotros. 

Amén.