La celebración de la Independencia de México y Nuestra Señora de Guadalupe: ‘Yo estoy aquí que yo soy tu Madre’
By: Fr. Hernán, S.J.
Padre Hernán, S.J. comparte la rica historia de 25 años de la celebración y cómo representa el orgullo de sus feligreses provenientes de diferentes partes de México.
El noventa y cinco por ciento (95%) de nuestros miembros activos son mexicanos y devotos de la Virgen de Guadalupe. La gran mayoría son pobres con lo que bien se podría decir que la celebración de su fiesta de independencia ha sido “Una celebración entre los pobres”.
Nuestra parroquia es la unión de tres y por eso su nombre: Monte Carmelo, Santa Benedicta y Santa María de la Asunción. Originalmente dos de ellas eran mayoritariamente italianas y la otra irlandesa. Con el arribo de los inmigrantes mexicanos a principios de la década del 90, Santa Maria de la Asunción los recibió y así se transformó en la iglesia de los Mexicanos. De los 17 latinos que comenzaron la Misa en español, ahora tenemos un promedio de 2000 feligreses semanalmente. La población latina se ha multiplicado a partir de sus pequeños inicios en la costa norte de Staten Island. La Arquidiócesis de New York encomendó el cuidado pastoral de la parroquia a la Compañía de Jesús en el año 2003.
Actualmente funcionamos en el edificio de la antigua parroquia de Monte Carmelo. Gracias a la generosidad de la Señorita Libby Guardiani y a nuestra Provincia Jesuita (UNE) hemos llevado adelante una seria remodelación de la iglesia, escuela, rectoría y residencia. Nuestros parroquianos se identifican y están orgullosos de pertenecer a una parroquia que no sólo promueve su identidad cultural y religiosa, sino que los acoge y quiere ser, en palabras del Papa Francisco, “Una Iglesia para todos”.
Según las estadísticas de la ciudad de New York, Port Richmond es uno de los lugares con más pobres (21%). Uno de cada 14 residentes no tiene trabajo. La población sin documentos es mayoritaria. Pese a que muchos viven en la sombra nuestros parroquianos se sienten plenamente identificados e integrados en nuestra parroquia que se ha convertido en una comunidad de comunidades. Todas nuestras actividades, incluída esta celebración de la Independencia Mexicana, giran alrededor de la Virgen de Guadalupe que nos protege y cuya bandera enarbolamos al inicio de cada parada.
En las palabras de papa Francisco, “México es un pueblo de una riqueza enorme, un pueblo que sorprende, que tiene una cultura milenaria… El pueblo mexicano (tiene) la capacidad de estar feliz pese a las grandes tragedias (esto) solamente se explica porque la Virgen de Guadalupe (los protege).”
Con nuestros niños bailando al igual que los jóvenes y adultos, es todo el pueblo fiel el que festeja. Por eso, nuestra Iglesia promueve ensayos de ballet folklórico mexicano, música de mariachis y la venta de comida regional mexicana. Grandes y chicos han disfrutado del Grito de Dolores y yo he entregado la bandera tricolor a los jóvenes. La alegría de la fiesta lleva al compromiso donde, tanto hombres como mujeres, viven su fe tanto en la Misa como en la procesión, las comidas y el baile. Por eso es que celebrar la Independencia de México es celebrar la fe y devoción a la Virgen Morenita y una celebración entre los pobres.
“Benditos los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos”, (Mateo 5:3).
¡Feliz Día de la Independencia!
Hernán, S.J.