La estatua peregrina que se mantiene en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en San Bernardo, Manhattan, finalizó su viaje arquidiocesano anual el sábado, cuando casi 200 fieles participaron en una procesión del Rosario por las aceras desde la Iglesia de Santa Brígida, en la avenida B, al otro lado de la ciudad hasta el Santuario, en la calle 14 oeste.   

La procesión fue seguida por una Misa vespertina especial celebrada por el párroco de Guadalupe, el padre Jesús Ledezma. Más de 250 personas asistieron a la liturgia. La procesión del Rosario (con escolta policial) y la Misa se ofrecieron en español y  contaron con la participación de un coro de mariachis.   

Desde aproximadamente el año 2015 (excepto en 2020 por la pandemia de Covid), la estatua emprende una peregrinación sagrada que comienza en febrero y termina en noviembre, comenzando en la parte norte de la Arquidiócesis de Nueva York y visitando más de dos docenas de parroquias durante esos meses, quedándose temporalmente en cada una de ellas. 

Planes para el día de la fiesta 

Posteriormente, la estatua se exhibe en la procesión anual que precede a la Misa matutina en la Catedral de San Patricio, en celebración de la festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, el 12 de diciembre. Esta gran procesión callejera comienza en el santuario y termina en la catedral. El cardenal Timothy Dolan celebrará la Misa guadalupana de este año en la catedral. El padre Luis Saldaña, STL, pronunciará la homilía. 

“Se trata de promover el amor de la Virgen María, su amor maternal. Ella es Madre de todos nosotros”, dijo Gustavo Ramírez, coordinador del Comité de Nuestra Señora de Guadalupe del Santuario, a Buenas Noticias en el Santuario poco antes de que llegaran los fieles de la procesión a última hora de la tarde del sábado 29 de noviembre. “Su amor nos lleva a Jesús: el amor por Jesús a través del amor de María”. 

Ramírez, casado y padre de tres hijos y abuelo de uno, señaló que la devoción guadalupana fue una tradición importante durante su niñez en su México natal, y que sigue siendo importante para él ahora como hombre de familia. 

Después de la Misa, Deisy Navarrete, que estuvo en la procesión, dijo que había decidido participar en ella y quedarse para la Misa porque “ésta era la última procesión del año antes del 12 (de diciembre). Esta devoción es muy importante para mí y mi familia. Es una tradición, es parte de nosotros. Ella es nuestra Santísima Madre, nos protege a todos”. Navarrete nació en Estados Unidos y es de ascendencia mexicana. Es feligresa de la parroquia San Anselmo/San Roque en el Bronx.

El mensaje de la homilía 

En su homilía en la Misa del sábado, el padre Ledezma habló de la importancia de la procesión precedente y de la próxima fiesta de Guadalupe, así como del significado de que el siguiente día (30 de noviembre) sea el Primer Domingo de Adviento. 

“Todos estos actos (marianos) de fe y devoción nos benefician a todos; les doy la bienvenida”, dijo el párroco. “Y ahora también entramos en el tiempo de Adviento, un tiempo muy importante para nuestra fe, para nuestra Iglesia, que nos lleva a la Navidad, un encuentro con el Señor”. El padre Ledezma también habló de la importante creencia cristiana en la Segunda Venida de Cristo. Aconsejó que mantengamos una fe tan firme como la de Noé, independientemente de lo que piensen los demás, y en medio de los desafíos personales y los males del mundo, como la guerra y la injusticia. 

Y expresó su satisfacción por la buena cantidad de gente en la procesión y la Misa, a pesar del frío y el temor de los inmigrantes a las deportaciones masivas. “Damos gracias a Dios”, añadió. Después de la Misa, dijo a Buenas Noticias: “La procesión fue maravillosa, muy hermosa, con jóvenes y niños portando velas y flores, y rezando el rosario; y también había gente de otras comunidades (parroquiales)”.