El mes de junio está dedicado para venerar el Sagrado Corazón de Jesús, pero ¿de dónde proviene esta costumbre?
El mes de junio está dedicado para venerar el Sagrado Corazón de Jesús, pero ¿de dónde proviene esta costumbre?
Cuando Jesús se le apareció a Santa Margarita de Alacoque hace tres siglos, le transmitió una serie de revelaciones, pidiendo que se las comunicara a sus fieles, conocidas como las 12 promesas para aquellas almas devotas de su corazón.
La primera vez que Santa Margarita tuvo la revelación del Señor fue a sus 26 años, mientras estaba arrodillada orando delante del Santísimo Sacramento, y le comunicó “los secretos inexplicables de su Corazón Sagrado”.
Luego, en una segunda revelación, Santa Margarita contó que Jesús le comunicó “el ardiente deseo que tenía de ser amado y honrado por los hombres, y su deseo de apartarlos del camino de la perdición, en el que los precipita Satanás en gran número”, y empezó a compartirle las 12 promesas que haría a sus devotos.
“Este Corazón de Dios debe ser honrado bajo la forma de Su corazón de carne, cuya imagen Él quiso expuesta, y también puesta sobre mí y sobre mi corazón.
1. A las almas devotas, les daré las gracias necesarias para su estado de vida.
2. Estableceré la paz en sus familias.
3. Los consolaré en todas sus aflicciones.
4. Seré su refugio durante la vida, y en especial a la hora de la muerte.
5. Derramaré abundantes bendiciones sobre todas sus empresas.
6. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de misericordia.
7. Las almas tibias se harán fervorosas.
8. Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a la perfección.
9. Bendeciré los lugares en los que se exponga y se honre mi imagen.
10. Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.
11. Los que propaguen esta devoción tendrán sus nombres escritos en Mi Corazón, y nunca serán borrados
12. A todos los que comulguen los nueve primeros viernes de cada mes continuos, le concederé la gracia de la perseverancia final
Oración al Sagrado Corazón de Jesús
Oh Dios, que en el Corazón de tu Hijo,
herido por nuestros pecados,
has depositado infinitos tesoros de caridad;
te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor,
le ofrezcamos una cumplida reparación.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío!