El padre Pablo Ruani, vicario parroquial de la Iglesia de San León Magno en Corona, Queens, fue el celebrante principal y homilista de la Misa anual de Nuestra Señora de Luján en la Catedral de San Patricio. Nuestra Señora de Luján es la patrona de Argentina.
La Iglesia de San León Magno forma parte de la Diócesis de Brooklyn. El padre Ruani nació y creció en Argentina, donde fue ordenado sacerdote en 1992.
“Queridos hermanos y hermanas en Cristo Jesús, en este sexto domingo de Pascua, nos reunimos aquí en la Catedral de San Patricio por una razón muy especial que agrega a la Pascua de la comunidad de argentinos aquí presentes, y de todos los presentes, para honrar a su Madre, la Madre de la Iglesia”, dijo el Padre Ruani al inicio de la homilía. “Ella es la Madre de Dios y nuestra querida patrona: argentinos, uruguayos y paraguayos, y con profundo orgullo poder llamarla Nuestra Madre, la Virgen de Luján”.
La misa en español se celebró el domingo 25 de mayo. Asistieron alrededor de 1.000 personas.
“La Iglesia es una y diversa”, continuó el padre Ruani durante su homilía. “Para nosotros, la Virgen de Luján no es solo un símbolo de fe; es una compañera inseparable de nuestra identidad como nación, desde los albores de nuestra historia, desde que se hizo presente en 1630… como una imagen pequeña y humilde, de la que tenemos una réplica aquí… Es una realidad de nuestra cultura”. (La réplica — una copia de una pequeña estatua de Nuestra Señora de Luján venerada en Argentina desde 1630 — se exhibió en la escalinata del santuario tras haber sido presentada en la procesión de entrada).
El padre Ruani dijo que Dios nos ama y nos dio un Redentor, el Señor Jesús, y por esto “debemos darle gracias cada día.” El sacerdote habló de la importancia de hacer buenas obras basadas en la Palabra del Señor y de orar por los líderes gubernamentales, para que gobiernen “con sabiduría, prudencia y justicia.”
Señaló que la festividad de Nuestra Señora de Luján es el 8 de mayo, la misma fecha en que León XIV fue elegido papa. Dijo que los líderes fundadores de Argentina, “con coraje y fe”, se guiaron por su devoción a Nuestra Señora de Luján. El padre Ruani señaló que la fecha de la Misa de Nuestra Señora de Luján, 25 de mayo, también es significativa en la historia de Argentina:
La nación sudamericana se fundó en 1816 al independizarse de España. El 25 de mayo de 1810, en Buenos Aires, ciudad-estado del Virreinato del Río de la Plata, la Revolución de Mayo culminó con la formación de la Primera Junta, el primer gobierno independiente de Argentina. Este acontecimiento, que sustituyó al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros por una junta local, marcó un paso clave hacia la independencia de Argentina.
El 27 de mayo, el padre Ruani dijo a The Good Newsroom por teléfono, “Fue un honor para mí que me invitaron a celebrar la Misa. Fue muy especial, emotivo”. El sacerdote dijo que tiene triple nacionalidad: Argentina, los Estados Unidos e Italia.
Historia de Nuestra Señora de Luján
La imagen de Nuestra Señora de Luján es una pequeña estatua venerada en Argentina desde 1630. Según la tradición, en 1630, un estanciero, miembro de una caravana, llevaba la imagen mariana desde Buenos Aires a su estancia en Santiago del Estero. Pero los bueyes que jalaban la carreta se detuvieron inexplicablemente junto al Río Luján.
Los bueyes no volvieron a moverse hasta que sacaron la estatua de la carreta, a pesar de haber descargado todos los demás objetos. Tras repetir esta acción y al darse cuenta de que los bueyes no se moverían mientras la estatua estuviera en la carreta, los miembros de la caravana concluyeron que esto era una señal de que la Santísima Virgen María quería que la estatua permaneciera en Luján.
En 1887, la imagen fue coronada canónicamente y trasladada a su santuario actual, que recibió el título de basílica en 1930 por el papa Pío XII. El día festivo de Nuestra Señora de Luján se celebra el 8 de mayo. San Juan Pablo II visitó la basílica como papa en 1982, y el 8 de mayo de 2013, el papa Francisco (de origen argentino) visitó la Basílica de Luján para encomendar a Argentina la protección de su patrona.