El Papa Benedicto XVI dejó huella en los feligreses durante su visita del 2008

| 01/11/2023

By: The Good Newsroom

El Papa Benedicto XVI dejó huella en los feligreses durante su visita del 2008​

Pope Benedict XVI uses incense while celebrating Mass at Yankee Stadium in New York April 20, 2008.
Pope Benedict XVI uses incense while celebrating Mass at Yankee Stadium in New York April 20, 2008. (CNS photo/Nancy Wiechec)

Aunque mucha gente recuerda al Papa Benedicto XVI como un hombre tímido, la visita del Santo Padre a la ciudad de Nueva York en el 2008 suscitó el entusiasmo de innumerables personas de todo el mundo. La visita del Papa fue vigorosa y dinámica, especialmente para la comunidad latina.

El Santo Padre visitó las Naciones Unidas, el Monumento del 11 de Septiembre y el estadio de los Yankees. Mientras que el Papa Juan Pablo II celebró dos misas en Catedrales, una para sacerdotes en DC en 1979, y otra en Denver para los obispos durante la Jornada Mundial de la Juventud, la misa del Papa Benedicto XVI en la Catedral de San Patricio fue la primera misa pública oficiada por El Santo Padre dentro de una iglesia en los Estados Unidos. También realizó un acto en el Seminario de San José que inspiró a los jóvenes a encarnar las virtudes de la generosidad, la gracia y la fe.

Pero no fue sólo la juventud la que se emocionó con la visita del Santo Padre. Años después, quienes asistieron a la Misa y a otros eventos, todavía recuerdan el impacto que experimentaron  ante su presencia. 

Adriana Montealegre vive y asiste a misa en Westchester County. Está casada y es madre de dos hijas. Adriana tuvo la oportunidad de conocer al Santo Padre, tanto en el Seminario St. Joseph como en el Yankee Stadium.

“No paraba de decir cuánto deseaba ver al Papa, pero nunca supe cómo sucedería. Luego, uno de mis queridos amigos del seminario me invitó a San José para conocer al Papa. También gané la lotería para ver al Papa en el Yankee Stadium. En ambas ocasiones, me envolvía tanto la emoción que podía sentir que todo mi cuerpo decía ‘sí’ a esta experiencia”. 

Antes de tener la oportunidad de ver al Santo Padre, Adriana tenía la sensación de que él era muy formal, pero después de conocer al Papa Benedicto XVI, sintió que su presencia le transmitió una profunda sabiduría y amor.

“Cuando él salió y me miró, sentí una conversión dentro de mí. El solo hecho de mirarle me pareció una verdadera experiencia espiritual, y al instante supe que tenía que rezar más por el sacerdocio y el seminario. También supe que tenía que retribuir más a la Iglesia que tanto amaba. Después de haber visto al Santo Padre, me convertí en ministro de la Eucaristía y profesora de RICA (Rito de Iniciación Cristiana para Adultos). Recuerdo cuando estuve en el estadio de los Yankees y en el Seminario de San José, vi a muchas personas de todos los colores y razas, hablando diferentes idiomas, pero unidos en un nexo común, el espíritu. Para mí era extraordinario que este hombre único pudiera unirnos a todos con un nivel de felicidad y santidad que nunca había experimentado. Me sentí orgullosa de ser católica y experimenté un profundo sentimiento de verdadera protección. Cuando estuve cerca del Santo Padre, sentía el mismo nivel de cariño y protección que un niño siente con sus padres. Cada vez que el Papa hablaba o dirigía su mirada hacia nosotros, yo sentía su misericordia y su fortaleza.

Adriana no fue la única persona del público que se sintió profundamente conmovida por la presencia del Santo Padre. Amparo López también vive y asiste a misa en Westchester County. Es guardia de cruce en una escuela primaria y también trabaja en el departamento de seguros de una clínica dental en White Plains. Está casada y es madre de dos hijos, un varón de 30 años y una hija de 22. También asistió a la misa en el Yankee Stadium y, para su sorpresa, estuvo muy cerca del Papa cuando él hacía su entrada en el estadio.

“Vi sus ojos y pude sentir una energía que transmitía santidad. Sentí que el Papa era una persona transparente, con un sentido de paz y humildad en su sonrisa y en sus ojos. Había una atmósfera de santidad que podía percibirse. Me sentía tan feliz que llamé a mis amigos y conocidos, y les conté que ante Su Santidad me envolvió una emoción como si estuviera presenciando a Cristo en la Tierra. No me lo podía creer”. 

Amparo compartió lo que este día llegó a significar para ella como católica.

“Mi fe católica siempre ha sido importante para mí, y este día me hizo sentir aún más orgullosa de ser católica y estar en compañía de tantas personas, de todo el mundo, que también celebraban su fe. La gente se levantaba temprano y tomaba trenes desde todas partes, todo para estar ahí porque querían estar ahí. Eso fue realmente especial de ver. Me di cuenta de que este día podría ser un día transformador de cambio para muchas de las personas que asistieron. Creo que la gente está buscando a Dios de una forma u otra, y ese día fue un gran ejemplo”.

Adriana también compartió su convicción de que la gente está en búsqueda de algo sagrado y de que merece la pena comprometerse con una fe más profunda.

“Para mí, encontrar al Santo Padre fue como encontrar a Dios, y al encontrar a Dios, podemos encontrarnos a nosotros mismos. El Santo Padre me mostró que la búsqueda de esta santidad, independientemente de la salud o la edad o cualquier otro factor, se debe hacer siempre con amor”.

"It shows our commitment as Christians to our love for Jesus Christ," Jonathan Santillo, who participated in the solemn procession with the Knights of Columbus.

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