En la noche del viernes 11 de octubre, se celebró la Misa anual del Mes de la Herencia Hispana en la Iglesia St. Elizabeth en la sección Washington Heights de Manhattan, con un enfoque en los valores familiares basados ​​en la fe. El padre Ambiórix Rodríguez, párroco de St. Elizabeth,  fue el celebrante principal y homilista. 

La Misa, celebrada en español, está patrocinada por la Oficina de Vida Familiar de la Arquidiócesis de Nueva York. Asistieron unas 400 personas.    

“Hermanos y hermanas, esta noche celebramos, entre otras cosas, a la familia. Es un regalo maravilloso que Dios nos ha dado”, dijo el padre Rodríguez al principio de su homilía, señalando que “Cada uno de nosotros nació en una familia… Ninguna familia, podemos decir, es perfecta, pero es la que Dios nos ha dado. ¿Amén?” 

“Amén”, respondieron los fieles.                           

El pastor señaló que como cristianos debemos ver a la familia “como el plan de Dios. Lo que Dios ha hecho, lo que Dios ha imaginado, para el hombre y para la mujer”. Habló sobre la importancia de la vida familiar y el significado de la comunidad parroquial, la vida de iglesia – el Cuerpo de Cristo. 

Citó la primera lectura de Gálatas 3, que dice en parte, “Hermanos y hermanas:

Date cuenta de que son los que tienen fe los que son hijos de Abraham. La Escritura, que vio de antemano que Dios justificaría a los gentiles por la fe, predijo la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. Por tanto, los que tienen fe son benditos junto con Abraham que tuvo fe”.    

El padre Rodríguez, aludiendo a la lectura del Evangelio de Lucas 11, dijo: “Una familia dividida no puede mantenerse”. Señaló la importancia de superar los desafíos esforzándose por mantener el amor, la armonía y la unidad en la familia, manteniendo la vida familiar centrada en las enseñanzas del Señor. 

Además, habló de las crecientes preocupaciones que tiene la Iglesia sobre los llamados procedimientos médicos de “afirmación de género”, especialmente entre menores que luego sufren trauma al darse cuenta de que han tomado una decisión atroz. “Encontremos la luz, la fortaleza y ​​la gracia para combatir estos males que atacan este gran don de Dios que es la familia”, dijo el pastor. 

Pascual Balbi, miembro de St. Elizabeth, estuvo entre los fieles en la Misa. Él y su esposa Dominga son padres de tres hijos y abuelos de dos.  

“Fue muy bueno; fue una misa muy buena”, dijo Balbi a The Good Newsroom luego, antes de unirse a una reunión social en la parroquia después de la Misa. “Hay demasiada confusión en la sociedad hoy”, añadió, y señaló que apreciaba las palabras del pastor sobre la importancia de los valores familiares basados ​​en la fe. 

Estefany Toribio, coordinadora del Ministerio Hispano de la Oficina de Vida Familiar, pronunció unas palabras de cierre sobre la oficina y su misión, y señaló a los fieles que fue un placer para ella estar con ellos en la celebración de la Misa. La Oficina de Vida Familiar cultiva la oración, la formación, el acompañamiento y la defensa a través del alcance a las familias en sus hogares, parroquias y escuelas católicas.

Dos días después de la Misa, el domingo 13 de octubre, el Desfile de la Hispanidad de la ciudad de Nueva York se celebró en Manhattan. Veintiún países latinoamericanos se unieron para mostrar su música y cultura.        

El Mes de la Herencia Hispana (del 15 de septiembre al 15 de octubre) comenzó como la Semana de la Herencia Hispana en 1968. El presidente Lyndon Johnson firmó la ley estableciendo que la semana del 15 de septiembre será un tiempo para honrar las contribuciones y la influencia de las comunidades latinas. En 1988, el presidente Ronald Reagan promulgó una ley que proclamaba un mes entero para celebrar la herencia hispana.