Las dos primeras misas marianas en español del nuevo año en la Catedral de San Patricio serán en honor a Nuestra Señora de la Altagracia y Nuestra Señora de Suyapa.   

Nuestra Señora de la Altagracia es una tradición devocional en la República Dominicana; la misa está programada para el domingo 12 de enero a las 2 p.m. El celebrante asignado es el obispo auxiliar Joseph A. Espaillat.               

Nuestra Señora de Suyapa es la patrona de Honduras; la misa está programada para el domingo 9 de febrero a las 4 p.m. El celebrante asignado es el Obispo Teodoro Gómez Rivera de la Diócesis de Choluteca, Honduras.             

“Esto es muy importante para nosotros, tener esta Misa todos los años en honor a Nuestra Señora de la Altagracia en la ciudad de Nueva York, y especialmente porque es en la Catedral de San Patricio, para venerar a nuestra Madre”, Daisy Cruz, presidenta del Comité Nuestra Señora de Altagracia (arquidiocesano), dijo a The Good Newsroom en una entrevista telefónica el 18 de diciembre. Dijo que el comité está muy agradecido con la arquidiócesis por la misa anual.  

Blanca Rosa Gómez, presidenta del Comité Nuestra Señora de Suyapa (arquidiocesano), dijo: “Es como tener un pedazo de nuestro país aquí en Nueva York, celebrando a Nuestra Señora de Suyapa en la catedral cada año… Doy gracias a Dios; es importante para nosotros en la comunidad hondureña – y al final de Misa, agradecemos a la Arquidiócesis de Nueva York”. 

Nuestra Señora de la Altagracia 

Nuestra Señora de la Altagracia es un retrato de la Virgen María en un Belén pintado alrededor del año 1500. Está conservado en la Basílica-Catedral de Nuestra Señora de la Altagracia en Higüey, República Dominicana. Su fiesta es el 21 de enero.       

El retrato original fue coronado dos veces: el 15 de agosto de 1922, durante el pontificado de Pío XI; y después por el Papa Juan Pablo II (ahora santo), quien personalmente coronó el retrato con una tiara de plata dorada durante su visita a Santo Domingo, República Dominicana, el 25 de enero de 1979. 

Nuestra Señora de Suyapa 

Se dice que la historia de Nuestra Señora de Suyapa comenzó en febrero de 1747, cuando un campesino local, Alejandro Colindres, regresaba al pueblo de Suyapa después de un día de recolección de maíz. Cuando cayó la noche, Alejandro decidió pasar la noche cerca de un barranco a medio camino de Suyapa. Mientras yacía sobre el terreno, sintió un objeto duro, posiblemente una piedra, debajo de él y lo arrojó.

Después de volver a acostarse, descubrió que el objeto había regresado. Lo metió en su bolso y por la mañana se dio cuenta de que el objeto era una pequeña imagen tallada de Nuestra Señora, con las manos juntas en oración.   

La imagen de Nuestra Señora de Suyapa está tallada en madera de cedro, posiblemente realizada como objeto devocional por un artista aficionado desconocido. El primer santuario de Nuestra Señora de Suyapa fue bendecido en 1780, y el primer milagro notable y atestiguado ocurrió en 1796.    

Nuestra Señora de Suyapa fue declarada patrona de Honduras en 1925 por el Papa Pío XI; su fiesta es el 3 de febrero. La estatua se encuentra actualmente en la Basílica de Suyapa en Suyapa, un suburbio de Tegucigalpa, capital de Honduras.