En una procesión anual del Viernes Santo en East Harlem, feligreses de cinco parroquias marcaron el día con oraciones, himnos y esperanza, caminando por la Tercera Avenida desde la Iglesia St. Francis de Sales en East 96th Street hasta la Iglesia St. Paul/Holy Rosary en East 117th Street.     

La procesión duró 70 minutos, llamado Las Estaciones de la Cruz por Las Calles de El Barrio, destacó al obispo auxiliar Edmund Whalen al frente. El obispo Whalen también dirigió el servicio de oración en St. Paul/Holy Rosary que concluyó la procesión, junto con el pastor de esa parroquia, el padre Alejandro García. La caminata, en medio de un clima fresco y soleado, y con escolta policial, comenzó poco antes del mediodía con unas 350 personas afuera de St. Francis de Sales, y creció a más de 1,500 cuando feligreses de parroquias cercanas y más allá  se unieron a lo largo del camino en la Tercera Avenida.          

Las otras parroquias incluyeron: Nuestra Señora del Monte Carmelo, Santa Ana/Santa Lucía, y Santa Cecilia/Santa Agonía. El evento, realizado en español e inglés, incluyó a un hombre vestido como Jesús cargando la cruz, con varios organizadores, utilizando micrófonos y megáfonos, turnándose para leer los sucesos de las Estaciones de la Cruz. Muchos peatones observaban desde las aceras, algunos usando sus teléfonos móviles para tomar fotografías y vídeos.  

“La tradición de la procesión por El Barrio es una señal de la profunda fe de la gente de nuestra arquidiócesis, y especialmente de la comunidad latina, proveniente de todos los diferentes países”, dijo el obispo Whalen a The Good Newsroom mientras él y otros clérigos caminaban al frente de la procesión en East 117th Street.                

“Nos reunimos todos y sabemos que Jesús camina por las calles con nosotros. Y mientras caminamos por las calles con Él, Él nos ayuda a llevar nuestras cruces… y nos trae nueva vida en Pascua. Es maravilloso que todas las parroquias de East Harlem se unan como una familia de fe, una voz de fe para llevar a Jesús a las calles por los demás”, el obispo Whalen dijo. 

Ninfa Escobar, una feligresa de St. Luke Church en el Bronx, dijo: “Estoy aquí para no perder esta tradición; era la tradición de mis padres. Y ahora estoy aquí con mi nieta, transmitiendo la tradición. Es un día muy especial”. Escobar fue empujando un cochecito ocupado por su nieta pequeña, Maseley.   

Otro fiel participante, Eduardo Vimas, caminando en la procesión por la Tercera Avenida, dijo: “Esto es para Jesucristo, por eso participo – y con mucha emoción, de corazón. Él es el único Salvador”. Vimas es feligrés de St. Paul/Holy Rosary.